CRÓNICAS

Los héroes latinoamericanos del Titanic

En la cubierta del Titanic, unos valientes caballeros latinoamericanos eligieron pasar su última noche, la del 14 al 15 de abril de 1912, escuchando los acordes que tocaba la orquesta mientras el lujoso transatlántico se hundía frente a las costas de Terranova.

Los héroes latinoamericanos del Titanic

Por: Carmen Jiménez / EFE

En la cubierta del Titanic, unos valientes caballeros latinoamericanos eligieron pasar su última noche, la del 14 al 15 de abril de 1912, escuchando los acordes que tocaba la orquesta mientras el lujoso transatlántico se hundía frente a las costas de Terranova.

Entre los más de 2.000 pasajeros que viajaban a bordo del Titanic, figuran varios latinoamericanos, cuatro de ellos de origen español, que murieron haciendo gala de su caballerosidad y valentía.

El mexicano Manuel R. Uruchurtu, el argentino Edgardo Andrew, y los uruguayos Ramón Artagaveytia, Francisco Carrau y José Pedro Carrau, integran la lista de los latinoamericanos que embarcaron en el "Titanic", tal y como confirmó a Efe una portavoz de Musealia, empresa que organiza la muestra "Titanic, the exhibition".

La Enciclopedia Titánica también registra a la camarera argentina Violeta Jessop, quien logró sobrevivir al naufragio, y a Servando José Florentino Ovies y Rodríguez como cubano pero otras fuentes apuntan que era un asturiano que vivía en La Habana.

La tragedia del viaje inaugural del famoso buque, que zarpó del puerto inglés de Southampton y nunca llegó a Nueva York, mostró todos los aspectos de la condición humana, desde la más extrema generosidad hasta la mezquindad más deplorable.

Un mexicano

Entre los comportamientos ejemplares destaca el del único mexicano que viajaba a bordo: Manuel R. Uruchurtu, de origen vasco, un político nacido en Hermosillo, miembro de una familia pudiente y destacada del noroeste de México.

La noche en la que el Titanic chocó con el iceberg, Manuel Uruchurtu fue subido al bote salvavidas número 11, gracias a su estatus de diputado en visita oficial en Francia.

Entonces, - según recuerda en un artículo un pariente suyo, Alejandro Gárate Uruchurtu, miembro de la Sociedad Histórica del Titanic-, apareció la inglesa Elizabeth Ramell Nye, "quien imploró ser incluida en el bote salvavidas, alegando que su esposo e hijo le esperaban en Nueva York".

Manuel Uruchurtu cedió su lugar a Elizabeth y, a cambio, le pidió que visitara a su familia en Veracruz para contarles su destino.

En 1924, Elizabeth cumplió su promesa y viajó a México para encontrarse con la viuda de Uruchurtu. No obstante, tiempo después se descubrió que Elizabeth había mentido ya que ni estaba casada ni tenía ningún hijo, según el artículo de Gárate Uruchurtu.

El argentino ejemplar

También tuvo una actitud caballerosa el argentino Edgardo Andrew, oriundo de Río Cuarto, e hijo de ingleses, quien a los 17 años se fue a estudiar a Inglaterra.

Un año después, Andrew escribió a su enamorada Josey diciéndole que no la podía esperar en Inglaterra porque se iba a Estados Unidos en el Titanic, según una investigación publicada hace unos años por el diario Clarín.

La premonitoria carta de Edgardo, dice en su tercer párrafo:" Figúrese Josey que me embarco en el vapor más grande del mundo , pero no me encuentro nada orgulloso, pues en estos momentos desearía que el Titanic estuviera sumergido en el fondo del océano".

Después de que el barco chocará con el iceberg en su cuarto día de navegación, Edgardo salió de su camarote al pasillo y se encontró cono Winnie Trout, quien sobrevivió y fue una voz fundamental para los historiadores, según cuenta Clarín.

Cuando comenzó a hablar en público de la tragedia, casi 40 años después del accidente, Winnie confirmó la versión de los familiares de Edgardo de que el pasajero argentino tenía colocado ya su chaleco salvavidas y viéndola a ella desesperada, se lo cedió para después arrojarse al mar.

Sobreviviente argentina

Quien sí logró sobrevivir al hundimiento del Titanic es la camarera argentina Violeta Jessop, quien además fue testigo de los accidentes de otros dos de los mejores transatlánticos de su época, todos de la naviera White Star Line.

Violeta, nacida en 1887, en Argentina, de padres irlandeses, pertenecía a la tripulación que sobrevivió a la colisión en 1911 del Olympic con el vapor Hawke, y en 1916 se salvó del hundimiento del Britannic.

En sus memorias, Violeta cuenta que desde el bote salvavidas vio el hundimiento del Titanic y cómo soportó ocho horas de angustia hasta ser rescatada por el Carpathia.

"A medida que el bote descendía, un oficial me dio un bebé para que lo cuide. Y me arrojó un bulto al regazo", contó Violeta, aunque jamás supo quién era ese niño.

El uruguayo

Otra historia asombrosa es la del acaudalado uruguayo Ramón Artagaveytia, descendiente de vizcaínos y que cuarenta años antes se se salvó del naufragio del vapor América en el río de la Plata.

Como pasajero de primera clase, Ramón tenía derecho a una plaza en uno de los botes salvavidas. Sin embargo, decidió no subirse al bote y fue visto por varios pasajeros en la cubierta del barco junto a otros dos paisanos, los Carrau.

Las últimas horas de Artagaveytia concluyen con un enigma. Cuando identificaron su cuerpo, se halló entre sus ropas un reloj de bolsillo, con sus agujas fijas en una hora diferente a la del naufragio (02.25 horas).

Según cuenta Josu Hormaetxea, autor de "Pasajeros del Titanic. El ultimo viaje de Ramón Artagaveytia", "su reloj estaba parado a las 5 de la mañana; eso significa que estuvo a punto de volver a engañar a la muerte, ya que los equipos de rescate a esa hora ya habían llegado".

Los Carrau, Francisco, de 28 años, y Jose Pedro, de 17 años, que según algunas versiones eran primos y otras eran tío y sobrino, embarcaron en Southampton en el Titanic en un camarote de primera clase, según la Enciclopedia Titánica.

La familia Carrau, de origen catalán, fundó una de las compañías más antiguas de Uruguay, Carrau & Cía, que en la década de 1910 ya estaba "fuertemente consolidada en el mercado contando como engranaje básico a Francisco Carrau Rovira", según la página en internet de la empresa.

Junto a ellos, fallecieron decenas de héroes como el capitán del Titanic, Edward Smith, quien dirigió el abandono del buque y luego se encerró en el cuarto de derrota.

Y los ocho músicos de la orquesta del Titanic que pusieron música a una de las mayores tragedias náuticas de la historia. EFE

Miles de documentos sobre el Titanic son publicados en Internet

Fotos, listas de pasajeros y miembros de la tripulación figuran entre unos 200.000 documentos relativos al "Titanic" puestos en línea por un portal Internet británico con motivo del centenario del naufragio del célebre paquebote.

Miles de documentos sobre el Titanic son publicados en internet

(AFP) Fotos, listas de pasajeros y miembros de la tripulación figuran entre unos 200.000 documentos relativos al "Titanic" puestos en línea por un portal internet británico con motivo del centenario del naufragio del célebre paquebote.

El portal ancestry.co.uk, especializado en investigaciones genealógicas, entrega en particular registros de pasajeros que embarcaron a bordo del "Titanic" en Southampton (Inglaterra) y en Queenstown (hoy Cobh, Irlanda), pero que no comprende los que embarcaron en Cherburgo (Francia).

Estos registros contienen los nombres, edades y profesiones de estos pasajeros, así como datos sobre los miembros de la tripulación.

La página publica también los testamentos de Edward Smith, el capitán del "Titanic", y de los hombres de negocios Benjamin Guggenheim y John Jacob Astor, que perecieron en el naufragio en la noche del 14 al 15 de abril de 1912.

Por tiempo limitado

Los documentos, que son accesibles gratuitamente hasta el 31 de mayo, incluyen también fotos de archivos, datos sobre los 328 cuerpos encontrados en el mar y una lista de pasajeros entregada por el "Carpathia", un paquebote que llegó para socorrer a los náufragos del "Titanic" que socorrió a casi todos los sobrevivientes.

"Numerosas familias pudieron haber escuchado rumores según los cuales tenían un antepasado a bordo del "Titanic", algunos pudieron perder las pruebas de esto (...) estamos muy contentos de permitir al público tener acceso gratuito a esos datos preciosos", explicó Miriam Silverman, una responsable del portal.

El "Titanic" naufragó a la cuadra de Terranova durante su viaje inaugural de Southampton a Nueva York, después de haber embestido un iceberg en la noche del 14 al 15 de abril de 1912. Unas 1.500 personas perecieron en las aguas glaciales del Atlántico norte y una 700 pudieron sobrevivir.

El números de personas a bordo del "Titanic" y el balance de la catástrofe varía en función de las fuentes. El portal ancestry.co.uk evoca "unos 2.228" pasajeros y tripulantes a bordo del "Titanic" y "más o menos 1.517" muertos, mientras que la investigación oficial británica sobre el naufragio habla de 711 sobrevivientes de 2.201 personas a bordo. / AFP

El Titanic sigue siendo insumergible y fascina a los turistas de Halifax

Exposiciones, misas, espectáculos e incluso piezas de teatro centradas en el "único negro" a bordo del Titanic dan una idea de hasta qué punto el mítico naufragio anima el turismo y la vida del puerto canadiense de Halifax, donde reposan los restos de 150 víctimas.

El Titanic sigue siendo insumergible y fascina a los turistas de Halifax

Por Michel Viatteau / AFP

Exposiciones, misas, espectáculos e incluso piezas de teatro centradas en el "único negro" a bordo del Titanic dan una idea de hasta qué punto el mítico naufragio anima el turismo y la vida del puerto canadiense de Halifax, donde reposan los restos de 150 víctimas.

La bandera de la White Star Line, la armadora del crucero gigante, ondea en las calles de la ciudad más cercana al lugar de la catástrofe sucedida el 14 de abril de 1912. En el restaurant de los "Cinco Pescadores" el menú Titanic vale 46 dólares y está "inspirado en el que se ofreció a los pasajeros de primera clase en día del naufragio", con ostros a la rusa y al vodka.

El recuerdo del Titanic está por todas partes, sus maquetas y fotos adornan las vitrinas de las tiendas. En el teatro la única pieza está dedicada "al único negro del Titanic", el ingeniero haitiano Joseph Laroche; la pieza denuncia el racismo de la época.

Un conductor de taxi evoca espontáneamente a su abuela, que presenció la llegada de los ataúdes al puerto transportados por los socorristas que llegaron demasiado tarde para encontrar supervivientes. "Ahora se lo cuento a mis nietos", dice Bruce Blandin.

Preparados para la conmemoración

Artistas, científicos, autoridades y responsables del museo de Halifax se preparan para conmemorar solemnemente la gran catástrofe.

El 14 de abril los habitantes de Halifax podrán participar en una procesión alumbrada con velas y que seguirá un carro con un ataúd. Está previsto un minuto de silencio que simbolizará el SOS final emitido por el navío en perdición. El 15 tendrá lugar una ceremonia ecuménica que reunirá a cristianos, musulmanes y judíos.

En la noche del 14 al 15 de abril de 1912 los cerca de 700 supervivientes del naufragio fueron recogidos por el navío Carpanthia que los trasladó hasta Nueva York, destino final del Titanic.

Los archivos muestran que desde Halifax salieron las naves encargadas de sacar del mar los cadáveres. A bordo viajaban enterradores, embalsamadores y ataúdes, recuerda el archivista Garry Shutlak.

Shutlak es la memoria viviente de la historia del Titanic y sus conferencias son muy solicitadas. Por ejemplo, puede dar precisiones sobre el menú casher de los pasajeros de tercera clase, entre los cuales figuraba un número considerable de viajeros de nacionalidad siria.

De entre las 1.500 víctimas del naufragio se rescataron 328 cuerpos. Entre ellos 119 estaban en mal estado y fueron devueltos al mar tras ceremonias religiosas. De los 209 que regresaron a tierra 59 fueron entregados a las familias y 150, que no fueron reclamados, quedaron enterrados en Halifax.

Donde descansan los muertos

El cementerio de Fairview, donde reposan la mayoría de los muertos, está situado en una colina que domina el puerto. Una de las tumbas pertenece a un niño de unos dos años cuya identidad ha sido objeto de largas disputas y controvertidos exámenes genéticos. Finalmente fue identificado en 2007 como Sidney Godwin, un niño inglés que falleció con toda su familia en el naufragio.

Los barcos también recogieron numerosos objetos como las tumbonas de la cubierta. El Museo Marítimo del Atlántico las compró una a una pacientemente hasta reunir la mayor colección del mundo.

Shutlak considera difícil estimar cuanto representa el Titanic en la industria turística de Halifax. Sin embargo, no cabe duda que se trata de un llamador para los pasajeros de los 120 cruceros que llegan cada año a la metrópoli de Nueva Escocia, situada 833 kilómetros al noreste del lugar del naufragio. / AFP

En el cine y en los libros, el Titanic sigue siendo insumergible

En el cine y en los libros, el Titanic sigue siendo insumergible

Por Marie-Pierre Ferey / AFP

Decían que era "insumergible", y 100 años después de desaparecer bajo las gélidas aguas del Atlántico, el "Titanic" lo sigue siendo, al menos en el cine, la televisión y las librerías.

El centenario del naufragio coincide con el estreno de la nueva versión en 3D de la película supertaquillera "Titanic", dirigida por James Cameron en 1997, de una miniserie de televisión vendida en 86 países y con una avalancha de libros.

"Pocos desastres despiertan tanta atención en nuestra época como el del 'Titanic', está también Pompeya, pero no muchos más", dijo Julian Fellowes, autor de los cuatro episodios para la cadena de televisión ITV.

"Este transatlántico tiene todas las características de una sociedad demasiado segura de sí misma que iba hacia un violento choque", agregó en el diario Daily Telegraph refiriéndose al inicio, dos años después, de la Primera Guerra Mundial.

Fellowes, creador de la exitosa "Downtown Abbey", dice que siempre se sintió atraído por la historia del barco que se hundió el 15 de abril de 1912.

Fiebre de Titanic

Y no es el único, a la vista del número de libros publicados en el Reino Unido, de donde partió el "Titanic" para su viaje inaugural. Fue el 10 de abril, de Southampton (sur de Inglaterra).
"Se venden muy bien, especialmente este año, hay una fascinación constante", aseguró un vendedor de la librería Hatchard's de Londres.

Para quienes deseen imaginarse a bordo del lujoso transatlántico, la pequeña "Guía del pasajero" de John Blake, un ex oficial de la marina, instruye sobre todos los aspectos del barco, desde el paseo cubierto --una primicia-- a los baños turcos, o el gimnasio, provisto de un caballo y un camello (!) eléctricos.

El libro tiene infinidad de detalles, como que los "gentlemen" y las "ladies" tenían acceso a la piscina a horas diferentes, y que el billete de primera clase valdría hoy el equivalente de 64.000 libras (102.000 dólares, 77.000 euros).

Los que concibieron el "Titanic" pensaron en todo para que los pasajeros tuvieran una travesía agradable, excepto en los barcos salvavidas.

Faltaron botes

La compañía naviera White Star Line había previsto inicialmente 64 botes para las 2.200 personas que viajaban a bordo, pero su presidente, Bruce Ismay, decidió reducirlos a 16, más cuatro barcas inflables para ganar espacio.

Frances Wilson recuerda en su libro "How to Survive the Titanic" (Cómo sobrevivir al 'Titanic'), que 16 eran más de lo requerido por la ley.

Pero Ismay, que se las arregló para embarcar furtivamente en el bote número 14 y se salvó, pasó a la historia como el responsable del desastre.

"Llevará para siempre la marca de Caín en su frente", escribió entonces el diario alemán Frankfurter Zeitung, resumiendo la opinión general.

Los 20 botes del "Titanic" podrían haber auxiliado a 1.100 personas, alrededor de la mitad, pero como no los llenaron por miedo a que volcaran, sólo salvaron a 705.

La película

Las conmovedoras historias humanas del "Titanic" fueron imaginadas en la película de James Cameron, que ganó 11 Oscar cuando se estrenó hace 15 años y ahora llega a una nueva generación de espectadores en 3D.

Pero en su último libro, el historiador Richard Davenport-Hines describe una realidad más matizada que las luchas de clases que muestra el filme, donde los pasajeros de tercera clase son sacrificados en beneficio de los de primera.

Entre las historias que cuenta en "Titanic Lives" (Vidas del 'Titanic') figura la del multimillonario Benjamin Guggenheim, que cedió su lugar en un bote a una mujer y se vistió de gala para la noche, resignado a morir como un caballero.

Las imágenes también son clave para entender la vida en el barco, especialmente las que tomó Frank Browne, un joven seminarista jesuita, que están recogidas en el libro "Titanic in Photographs".

Browne, un fotógrafo amateur, tomó instantáneas del barco y de sus pasajeros antes de desembarcar en Irlanda, última escala del barco antes del hundimiento. / AFP

Descender al Titanic, una experiencia mágica que no pierde el encanto

Descender al Titanic, una experiencia mágica que no pierde el encanto

Por Brigitte Dusseau / AFP

El francés Paul-Henry Nargeolet formó parte en 1987 de la primera expedición para recuperar objetos del Titanic y desde entonces ha descendido al sitio del naufragio unas treinta veces, sin perder nunca la motivación por esta mágica experiencia.

Este ex miembro del Instituto francés de Investigación Marina y hoy en día responsable de exploración submarina de la compañía RMS Titanic, conoce todos los detalles del lugar donde se encuentran los restos del barco que naufragó en la noche del 14 al 15 de abril de 1912 cerca de Terranova (Canadá) provocando la muerte de 1.500 de sus 2.200 pasajeros.

En una entrevista con la AFP, Nargeolet cuenta con pasión su visión del estrave -el remate de la quilla del navío- "con las cadenas del ancla, los cabrestantes aún brillantes, limpios como si alguien los hubiese lustrado esa misma mañana".

El ex militar también habla con emoción de los miles de objetos que yacen para siempre en el fondo del océano y de la degradación progresiva de los restos del barco que ha visitado de manera regular desde hace 25 años, la última vez en 2010.

No se ve nada

¿Qué se ve en el lugar a 3.800 metros de profundidad donde descansa el barco desde aquella noche trágica en la que impactó de manera fatal contra un iceberg? Es la pregunta que se hace todo el mundo.

"Es la oscuridad absoluta. Utilizamos proyectores, pero es un poco como las luces de un auto, no llegan muy lejos. El agua es extremadamente fría, entre cero y un grado, y hay corriente más o menos fuerte", explica Nargeolet.

La visibilidad varía y "algunos días pareciera que nieva sobre el barco", a raíz de "partículas que descienden en general de la Corriente del Golfo", agrega.

Su recuerdo más fuerte sigue siendo el día de 1987 en el que descubrió por primera vez los restos del mítico transtatlántico de lujo que no llegó a completar su viaje inaugural entre entre Southampton (Gran Bretaña) y Nueva York.

"Éramos tres en el submarino. Durante diez minutos no hubo una palabra. Habitualmente se habla mucho en un submarino, pero la emoción era muy fuerte. Era magnífico", dice.

"Tuvimos la suerte de llegar a la parte delantera, recorrimos el casco. Estábamos seguros de que era el Titanic", continúa.

Partituras de música casi intactas

Al hundirse, el Titanic se partió en dos. Una de ellas literalmente explotó y todo lo que se encontraba allí quedó expuesto.

"Se ve vajilla, piezas mecánicas, las calderas, mucho carbón. Encontramos de todos objetos muy bellos como jarrones, pero también partes del barco completamente retorcidas, plegadas, lo que muestra el impacto que sufrió el casco", detalla.

A lo largo de las expediciones, la más larga de una duración de ocho a nueve semanas, se rescataron unos 5.500 objetos, entre ellos vestimentas, documentos, efectos personales y partes del barco que ahora son expuestos en todo el mundo.

Los momentos de emoción no faltan, como cuando pudo leer una partitura perteneciente a un músico francés que se había conservado en muy buen estado en una valija de cuero.
"También recuperamos cartas escritas a mano, que aún hoy en día se pueden leer", señala.

Objetos inmortales

A la hora de elegir, Nargeolet destaca como sus favoritos una pequeña regadera, un querubín y el impresionante trozo de 20 toneladas del casco recuperado con enormes dificultades.

La degradación del barco continúa de manera inexorable, con efectos "cada vez más visibles", avanzando en la proa, que estaba en mejor estado, hasta "el nivel de la gran escalera" explica. "Los puentes se desploman los unos sobre los otros", grafica.

Pero Paul-Henry Nargeolet sigue fascinado por un tema en el que trabaja desde hace 25 años.

"Me gustan mucho los restos de barcos, sean cuales sean. Me gusta encontrarlos, tirar del hilo y remontar toda una historia", confiesa.

Nargeolet trabaja actualmente con varios investigadores para establecer una cartografía completa en tres dimensiones de los restos del barco, un proyecto de varios años que ya está concluido en un 85%. / AFP

 

La última sobreviviente del Titanic, la británica Millvina Dean fue la encargada de abrir una exposición sobre el barco en el Museo Marítimo de Southhampton el 11 de abril de 2002. Dean murió en Inglaterra el 31 de mayo de 2009 a la edad de 97 años.

 

Un experto de la casa de subastas Sothebys mira los pasajes en tercera clase de Sarah Roth, una pasajera del Titanic que iba rumbo a Estados Unidos para casarse con Daniel Iles. Fue rescatada ocho días después del hundimiento en Nueva York.

 

Una persona visita el Museo de las Ciencias y la Industria en París, donde se realizó una reconstrucción del interior del Titanic, como parte de la exposición “Los tesoros del Titanic”, la cual incluyó 200 objetos recuperados tras el hundimiento.

 

La fotografía muestra una reconstrucción del lobby principal del Titanic expuesta en el Museo de las Ciencias y la Industria de París. La instalación forma parte de la exposición “Los tesoros del Titanic”, la cual incluyó 200 objetos recuperados tras el hundimiento.

 

Imagen de una reconstrucción de una habitación de primera clase en el Titanic expuesta en el Museo de las Ciencias y la Industria de París. La instalación forma parte de la exposición “Los tesoros del Titanic”, la cual incluyó 200 objetos recuperados tras el hundimiento.

 

Aquí se puede ver cómo era una habitación de clase económica en el Titanic expuesta en el Museo de las Ciencias y la Industria de París. La instalación forma parte de la exposición “Los tesoros del Titanic”, la cual incluyó 200 objetos recuperados tras el hundimiento.

 

La fotografía muestra una manija de la puerta C del Titanic expuesta en el Museo de las Ciencias y la Industria de París. Forma parte de la exposición “Los tesoros del Titanic”, la cual incluyó 200 objetos recuperados tras el hundimiento.

 

Uno de los controles de mando del Titanic es expuesto en el Museo de las Ciencias y la Industria de París. Forma parte de la exposición “Los tesoros del Titanic”, la cual incluyó 200 objetos recuperados tras el hundimiento.

 

Billetes que pertenecían a los pasajeros del Titanic son expuestos en el Museo de las Ciencias y la Industria de París. Forma parte de la exposición “Los tesoros del Titanic”, la cual incluyó 200 objetos recuperados tras el hundimiento.

 

Foto del bolso de Marion Meanwell, una de las pasajeras británicas del Titanic. Forma parte de la exposición “Los tesoros del Titanic”, la cual incluyó 200 objetos recuperados tras el hundimiento.

 

Aquí es posible ver una de las 31 vajillas de porcelana recuperadas tras el hundimiento del Titanic. Forma parte de la exposición “Los tesoros del Titanic”, la cual incluyó 200 objetos recuperados tras el hundimiento.

 

La imagen muestra la vestimenta de uno de los sobrevivientes del Titanic. Forma parte de la exposición “Los tesoros del Titanic”, la cual incluyó 200 objetos recuperados tras el hundimiento.

 

La fotografía retrata los objetos personales de Adolfo Saalfeld, un perfumista que era pasajero de primera clase en el Titanic. Forman parte de la exposición “Los tesoros del Titanic”, la cual incluyó 200 objetos recuperados tras el hundimiento.

 

Una persona muestra una campana que hace parte de la colección de auténticos objetos del Titanic, expuesta en el Museo de Ciencias de Londres en mayo del 2003. La campana fue utilizada por Frederick Fleet para advertir que había visto un iceberg al que el enorme barco se acercaba peligrosamente.

 

Retratos de pasajeros del Titanic son expuestas en una pared del Museo de Ciencias de Londres en mayo del 2003. El Titanic se hundió el 14 de abril de 1912. Solamente 705 de los 2228 pasajeros y tripulación se salvaron.

 

Un clarinete que pertenecía a Howard A. Irwin, un pasajero del Titanic, es mostrado junto a dos sombras que pasan cerca a una reproducción del iceberg con el que chocó el Titanic en el Museo de Ciencias de Londres en mayo del 2003.

 

Un actor disfrazado del Capitán Smith le da la bienvenida a los visitantes en una réplica de las escaleras del lobby del Titanic en el Museo de Ciencia e Industria de Chicago. La exposición muestra más de 200 objetos sacados del fondo del mar, incluyendo un pedazo de 13 toneladas del barco.

 

Los nombres de los 536 pasajeros de tercera clase ahogados en el hundimiento del Titanic son mostrados en la exhibición que el Museo de Ciencia e Industria de Chicago realizó en el año 2000. La exposición muestra más de 200 objetos sacados del fondo del mar, incluyendo un pedazo de 13 toneladas del barco.

 

Visitantes tocan un pedazo del casco del Titanic en la exhibición que el Museo de Ciencia e Industria de Chicago realizó en el año 2000. La exposición muestra más de 200 objetos sacados del fondo del mar, incluyendo un pedazo de 13 toneladas del barco.

 

Imagen de una reconstrucción de una habitación de primera clase en el Titanic expuesta en el Museo de Ciencia e Industria de Chicago realizó en el año 2000. La exposición muestra más de 200 objetos sacados del fondo del mar, incluyendo un pedazo de 13 toneladas del barco.

 

Una vajilla de porcelana china original recuperada del hundimiento del Titanic es mostrada al interior de un tanque lleno de agua en una exposición que el Museo de Ciencia e Industria de Chicago realizó en el año 2000. La exposición muestra más de 200 objetos sacados del fondo del mar, incluyendo un pedazo de 13 toneladas del barco.

 

Un dibujo a mano sin fecha reproduce el hundimiento del lujoso barco británico El Titanic el 14 de abril de 1912 frente a las costas de Nueva Escocia en medio de su viaje rumbo a Estados Unidos.

 

Un pedazo del casco del Titanic se exhibe en la ciudad de Atenas durante una exposición en el año 2005. La muestra incluye objetos que pertenecieron a pasajeros griegos y extranjeros que viajaban a bordo del barco hundido en 1912. Fue la primera exhibición de este tipo en los Balcanes, según los organizadores.

 

Objetos recuperados del Titanic son mostrados durante una exposición en Atenas durante el mes de octubre de 2005. La muestra incluye objetos que pertenecieron a pasajeros griegos y extranjeros que viajaban a bordo del barco hundido en 1912. Fue la primera exhibición de este tipo en los Balcanes, según los organizadores.

 

Una mujer camina tras un iceberg en una exhibición sobre el desaparecido Titanic, que abrió en Atenas el 5 de octubre de 2005. La muestra incluye objetos que pertenecieron a pasajeros griegos y extranjeros que viajaban a bordo del barco hundido en 1912. Fue la primera exhibición de este tipo en los Balcanes, según los organizadores.

 

Bertrand Couton y Gerard Boucher, expertos en arqueología submarina, posan junto a un afiche de la película SOS Titanic, que sería posteriormente subastado por un valor de 10.000 euros.

 

Ivan Arpa, jefe ejecutivo de la empresa Romain Jerome presenta el reloj ADN TITANIC que contiene partes auténticas del crucero británico hundido en 1912. El reloj hizo parte de la colección Leyendas Famosas.

 

Un salvavidas de Laura Mabel Francatelli, sobreviviente del desastre del Titanic es exhibido antes de una subasta de la Casa Christie’s en Londres el 16 de mayo de 2007. El chaleco fue firmado por otros sobrevivientes que compartieron bote con ella. El chaleco se vendió por 50.000 libras esterlinas.

 

Un hombre camina cerca a un aviso de madera que promociona la premiada película Titanic en Beijing. La taquilla superó los 120 mil de dólares en los primeros 3 días del estreno en la capital china. Se calcula que la película que la película recaudó 2 millones de dólares solamente en las salas de Beijing.

 

Un hombre sostiene un modelo a gran escala del sumergido barco de lujo Titanic en su tienda de juguetes en Beijing. China le ha inyectado a su industria fílmica 3 millones de dólares con el objetivo de producir cintas taquilleras como Titanic, que rompió todos los récords de asistencia en China.

 

Un modelo a escala del Titanic que fue usado en la película del director James Cameron fue el centro de atracción en una exposición de los estudios Fox en la ciudad de Sídney en septiembre de 1999.

 

Una reproducción a pequeña escala del naufragio del Titanic hace parte de una exposición de 120 botellas artesanales en Francia en el Museo de la Botella de Port-En-Bessin, una colección curada por Paul Leguedey.

 

La imagen captada en 1986 por el robot Robin, propiedad del Instituto Francés para la Investigación y la Exploración de los Mares, muestra los restos del Titanic, a 4.000 metros de profundidad en el Océano Atlántico.

 

Platos de porcelana para el desayuno del hundido barco Titanic (1912) son exhibidos en Nueva York, gracias a una expedición que los encontró en el año de 1987.

 

Un mensaje telegráfico de un navío llamado Olympic reporta que ha recibido una alerta del Titanic donde decía que había chocado con un iceberg. El mensaje es uno de los numerosos mensajes de barcos que se encontraban relativamente cerca al Titanic en el día del naufragio. El mensaje fue puesto en venta por la casa de subastas Christie’s.

 

Allan Carlin, de la empresa RMS Titanic Inc, posa para fotógrafos frente a una sección del casco del navío hundido en 1912 en Boston. El gigantesco pedazo de metal de 20 toneladas de peso fue hallado a diez millas del sitio original de la tragedia.

 

Una bandera de bronce con el nombre del hundido buque Titanic se muestra en la casa Christie’s de Nueva York como parte de una subasta en mayo de 2006.

 

El medallón de bronce con un cinto rojo, que pertenecía a John McElroy, es una de las condecoraciones que se le dieron a la tripulación del barco S.S. Carpathia para reconocer su labor de rescate de los sobrevivientes del R.MS Titanic. El objeto hace parte de una subasta de la casa Christie’s en Nueva York el 26 de mayo de 2006.

 

Fotografías de regalo tomadas en el Titanic a la familia de Oscar Johnson y Eleanor Ileen Johnson, fueron mostradas a la presa previamente a una subasta de objetos que estuvieron en el Titanic, organizada por la casa Christies el 28 de julio de 2007.

 

Una lista de pasajeros de primera clase del Titanic es mostrada durante una rueda de prensa en la casa Christies de Nueva York en junio de 2007 junto a otros 18 objetos pertenecientes a sobrevivientes del hundimiento.

 

Una página que hace parte de un diario escrito por Laura Marie Cobb, sobreviviente del Titanic, es mostrado a la prensa en una rueda de prensa en la casa Christies de Nueva York en junio de 2007 junto a otros 18 objetos pertenecientes a sobrevivientes del hundimiento.

 

Jessie Edelman de la casa Christies, sostiene un chaleco salvavidas del Titanic nunca antes exhibido en público, que sería vendido en una subasta de la casa Christies de Nueva York en el año 2008. El chaleco salvavidas es uno de los apenas 6 que todavía se conservan, y fue guardado por una familia de Nueva Escocia que lo encontró tras el desastre de 1912.

Pequeños tesoros del Titanic


Las Vegas recuerda al Titanic


Gran homenaje al Titanic


James Cameron toca fondo


100 años del naufragio del Titanic

Cien años después, el "Titanic" continúa cautivando la imaginación del mundo

La historia del barco proclamado "insumergible" es un cóctel fascinante que mezcla suntuosidad, proeza industrial, desastre, heroísmo y una buena dosis de horror.

Cien años después, el "Titanic" continúa cautivando la imaginación del mundo

Por Robin Millard / AFP

Cien años después de que el entonces mayor y más lujoso transatlántico jamás construido naufragara en su viaje inaugural de Southampton (sur de Inglaterra) a Nueva York, la leyenda del "Titanic" continúa cautivando la imaginación del mundo.

La historia del barco proclamado "insumergible", que se hundió en la madrugada del 15 de abril de 1912 después de chocar con un iceberg, es un cóctel fascinante que mezcla suntuosidad, proeza industrial, desastre, heroísmo y una buena dosis de horror.

En sólo dos horas y 40 minutos, el moderno buque de la naviera White Star Line salido escasos días antes de los astilleros de Belfast desapareció bajo las heladas aguas del Atlántico Norte, cerca de las costas de Terranova. Más de 1.500 de las 2.200 personas que llevaba a bordo murieron.

"El naufragio del 'Titanic' tuvo probablemente el mismo impacto en su época que los atentados del 11 de septiembre (de 2001) en la nuestra", estimó Philip Littlejohn, nieto de un camarero que sobrevivió al desastre.

"Otros barcos se han hundido con muchas más pérdidas de vidas humanas, pero la gente sigue fascinada con el 'Titanic' porque era como un microcosmos de la sociedad de la época", explicó.

"También fue el fin de una era. La Primera Guerra Mundial lo cambió todo dos años más tarde", apuntó.

Una buena historia

Littlejohn dará una conferencia sobre el naufragio durante un crucero conmemorativo que zarpa para cubrir la misma ruta que el "Titanic".

El centenario del hundimiento está igualmente marcado por el estreno en todo el mundo de la nueva versión en 3D de la supertaquillera película de James Cameron "Titanic" (1997) y de una miniserie británica que ha sido vendida en más de 80 países, así como por la publicación de numerosos libros.

Para Julian Fellowes, autor de los cuatro episodios de la serie para la cadena de televisión ITV, el naufragio del "Titanic" tiene todos los ingredientes necesarios para una buena historia.
"Ocurrió, fue real. Había hombres y mujeres corriendo por las cubiertas del barco, aterrorizados como nuestros extras, y muchos de ellos iban a morir. No puede no conmover", explicó.

Cuatro compositores han escrito obras musicales con ocasión del centenario, entre ellos el ex Bee Gee Robin Gibb. Su "Requiem del Titanic" será interpretado por primera vez por la Royal Philharmonic Orchestra en Londres el 10 de abril.

"El barco fue construido en un momento en que todo el mundo estaba convencido de que se habían dominado los elementos (...), pero todo el mundo sabe como teminó", señaló recientemente al diario The Times.

Atractivos turísticos

Varias ciudades británicas tratan de capitalizar su relación con el "Titanic", como Southampton, que en su nuevo SeaCity Museum rescata la historia olvidada de sus 549 residentes que murieron en el naufragio, en su gran mayoría empleados.

Y Belfast, donde la mayor atracción del mundo sobre el "Titanic" acaba de abrir sus puertas en el mismo terreno que antaño albergaba sus astilleros de origen, Harland and Wolff.

"Titanic Belfast", un resplandeciente edificio de seis pisos formado por cuatro proas a escala real, recrea la historia del buque desde su concepción durante el 'boom' industrial de la capital norirlandesa hasta su trágico naufragio, y también sus repercusiones.

Para Stephen Cameron, cofundador de la sociedad histórica Belfast Titanic Society, el renovado interés por el "Titanic" se remonta a 1985, cuando se descubrieron los restos que ahora, al cumplirse 100 años del desastre, pasan a estar bajo la protección de la UNESCO como patrimonio cultural subacuático.

"Antes había muy poco interés", subraya el autor de "Titanic: Belfast's Own", y organizador de visitas en la capital norirlandesa. "Al principio, había días que teníamos dos personas en el autobús. El año pasado, tuvimos 1.200 en dos semanas", agregó.

El centenario, que ha dado lugar a la emisión de sellos conmemorativos en el Reino Unido y en Canadá, donde están enterradas muchas de la víctimas, también será conmemorado en la ciudad irlandesa de Cobh, el último puerto de escala antes del aciago acontecimiento. / AFP

El Belfast Titanic resucita al mítico barco 100 años después del hundimiento

El Belfast Titanic resucita al mítico barco 100 años después del hundimiento

Por: Javier Aja / EFE

Cien años después de iniciar su primer y único viaje, el transatlántico más famoso y trágico del mundo volvió hoy a levar anclas en la inauguración del Belfast Titanic, un espectacular centro interactivo situado junto a los astilleros donde nació el mito.

El Belfast Titanic está en el llamado Barrio del Titanic, el proyecto turístico más ambicioso jamás emprendido por las autoridades de Belfast y en el que destaca un impresionante edificio diseñado por la firma de arquitectos Civic Arts y Eric R Kuhne & Associates que, con el tiempo, se convertirá, sin duda, en un icono de la ciudad.

Es la respuesta de la capital del Ulster al museo Guggenheim de Bilbao o el Empire State de Nueva York, según comenta con orgullo Claire Keenan, de la Oficina de Turismo de Irlanda del Norte.

La fachada de este moderno centro de interpretación de seis plantas y 14.000 metros cuadrados tiene la forma de cuatro proas, todas de la misma altura que tenía el auténtico Titanic desde la quilla hasta la cubierta.

Viaje por el interior del barco

Ya en su interior, el visitante inicia un emocionante viaje por las nueve galerías de interpretación que explican la historia del mítico transatlántico, en su día el objeto móvil más grande del mundo.

Su inauguración corrió a cargo del ministro principal norirlandés, el unionista Peter Robinson, y su adjunto en el Gobierno de poder compartido, el nacionalista Martin McGuinness.

Ambos líderes destacaron la espectacularidad del edificio y, como el del propio Titanic, la magnitud de un proyecto con el que Irlanda del Norte quiere representar una nueva era de paz y prosperidad a través "del evento turístico más importante del mundo en 2012", en palabras de McGuinness.

A los dos políticos les observaba de cerca un invitado de honor, el norirlandés Cyril Quigley, quien, a sus 105 años de edad, recordó el día que presenció la botadura del barco en los astilleros de Hartland & Wolf.

Su historia es una más de las muchas que se cuentan, se ven, se escuchan y se viven en primera persona en el Belfast Titanic, que "no es un museo", como insisten los guías, sino una "experiencia multisensorial" que sobrecoge al visitante.

En las entrañas del Titanic

Conmueve, por ejemplo, usar las pantallas modernas táctiles de la Galería 7 para conocer las consecuencias de la tragedia y recorrer la lista de pasajeros.

Antes de llegar a esa sección el visitante ha pasado ya por otras seis galerías en las que podrá pasearse por la Belfast de principios de siglo, ya agitada por su división religiosa y política, o participar en la construcción del Titanic.

Son las entrañas del mismo astillero, donde se puede vivir en primera persona todo el proceso en un recorrido por los muelles, con imágenes en vídeo filmadas hace cien años, modelos de tamaño real, sonidos de la época y donde también se puede percibir hasta los olores de ese entorno industrial.

Tras disfrutar de la botadura del Titanic en la galería 3, la 4 hará las delicias de los mitómanos, pues se recrea con todo tipo de detalles la vida a bordo del barco, con réplicas de los camerinos de primera, segunda o tercera clase y de la misma escalera donde Leonardo di Caprio esperó a Kate Winslet en la película de James Cameron.

De ahí se pasa a la galería 5, al "viaje inaugural" y a la ruta seguida por el Titanic hasta que su travesía se vio interrumpida en la madrugada del 15 de abril de 1912 tras chocar con un iceberg frente a las costas de Terranova.

La galería 6 es, quizá, la más dramática de todas. Efectos visuales y sonoros de última generación reviven las últimas horas del buque, cuyo hundimiento causó 1.517 muertes.

El Belfast Titanic explora casi al final, en la galería 8, la leyenda creada en torno al barco a través de los reportajes de la época, de las películas que lo inmortalizaron o de la literatura que ha mantenido viva su magia.

Y la guinda es una inmersión a 4.000 metros de profundidad, al fondo del Atlántico Norte, donde se puede bucear junto a los restos del Titanic de la mano de unas imágenes que muestran el pecio tal y como lo descubrió Robert Ballard en 1985. EFE

TRAGEDIAS MARÍTIMAS EN LA HISTORIA RECIENTE